jueves, 16 de mayo de 2013

My world, my life, my hope...

¿Nunca habéis querido escapar?

Cuando todo se te echa encima,
y sólo nos quedan los sueños, los deseos, los anhelos...
Todas esas cosas inexplicables e intangibles que los "realistas" denominarían tonterías y pérdidas de tiempo.
Todas esas cosas que hacen tu existencia más llevadera, más cercana, más completa.
Todas esas pequeñas cosas fuera del alcance de lo común, alejadas de la monotonía y la rutina diaria,
que te hacen sonreir, que te alegran la vida por un instante, que te alejan de la realidad, de la cotidianidad.

Cada uno es dueño de su propio mundo,
creado de filamentos tan pequeños que nadie más puede vislumbrar.
Ese es nuestro tesoro, nuestro mundo perfecto de fantasía.
En él no existe la pena, la tristeza, la soledad, la enfermedad, ni la muerte.
Ese pequeño mundo en el que tú eres el protagonista de una historia que tú mismo has creado para tí,
una historia que es la que realmente te gustaría vivir, en un mundo hecho a tu medida.

Todos deberían tener algo así, un lugar al que poder escapar y en el que poder descansar de esta realidad que a veces se hace tan frustrante y pesada.

La pobreza del espíritu es la culminación de la pobreza en sí misma.

Montse Muñoz Parrillo.

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